Descripción
Puesto que los seres humanos poseen no solamente sentimentalidad como otras criaturas, sino también una mente racional, puede surgir un conflicto entre estas tendencias contradictorias, incluso dentro del mismo individuo. A veces la racionalidad es victoriosa, a veces el sentimentalismo. Con el desarrollo del intelecto, los instintos innatos decrecen gradualmente.
Por ejemplo, nadie enseña a un niño a beber la leche de su madre, nadie enseña a un niño a reír o llorar, aprende todas estas cosas instintivamente. Las criaturas subdesarrolladas sobreviven solamente a causa de estos instintos innatos, pero no las criaturas desarrolladas.
En su caso, los instintos innatos ceden gradualmente a la sentimentalidad en el curso de la evolución. Además, con el desarrollo de la mente racional, el sentimentalismo cede a su vez frente a la racionalidad.